Decir adiós es una de las cosas más difíciles que hay, porque cuando queremos algo o a alguien quisiéramos que permaneciera con nosotros por siempre, pero la realidad de las cosas es que nada, absolutamente nada es permanente, ni nuestra vida es permanente. Así es que en algún momento tendremos que enfrentarnos a la terrible situación de decir adiós.
Decirle adiós a las cosa materiales en ocaciones es difícil por el apego que tenemos con esas cosas, por ejemplo un par de tenis que nos encantaban pero que ya están prácticamente irreparables para poder seguirlos usando, o algún sartén que ya está super viejito y que nos duele tirarlo a la basura. Sabemos de antemano que no es bueno conservar cosas ya muy viejas o rotas, se dice que dinero llama a dinero y miseria llama a miseria, es por eso que hemos dicho en los programas que es de suma importancia desechar las cosas que ya están caducas, viejas o rotas, o que ya no utilizamos y solo están ocupando un espacio y no permiten que llegue la abundancia a nuestra vida, si te duele tirarlas a la basura opta por regalárselas a alguien que si las vaya a utilizar y las muy viejitas lo mejor es tirarlas a la basura. En cualquier caso lo mejor para aprender a decirle adiós a las cosas materiales, es pensar que al momento de que se vayan, a alguien les van a gustar y les van a dar un mejor uso que tenerlas ahí acumulándose.
Hasta ahí vamos bien con decirle adios a las cosas, pero que pasa cuando se trata de alguien importante para nosotros, ya sea una pareja, un amigo o un familiar.
Cuando se trata de un amor, es más difícil porque tenemos muchas expectativas y planes a futuro con esa persona, pero hemos hablado de que el amor no es el ingrediente principal para formar una relación de pareja, hay muchas otras cosas importantes no negociables que hacen que estemos o dejemos de estar con alguien, por ejemplo el respeto, las atenciones, el buen trato, y si por algo has decidido terminar una relación, la mejor manera de decir adiós es en amor, no odiándolo y maldiciendo esa ruptura, ya que de esa manera no nos estamos liberando ni diciendo genuinamente adiós, por el contrario, no logramos soltar ni ser soltados de esa persona. Es por eso que el proceso de dejar a alguien es algo muy personal y se da únicamente cuando te das cuenta de que esa forma de vida no es lo que te mereces ni quieres para ti, es decir cuando te das cuenta de que puedes amar mucho a una persona pero te amas más tu, y decides mejor alejarte aunque estés enamorado para darte la oportunidad de volverte a enamorar de alguien que sea como tu aspiras a que sea una pareja para ti y contigo. Y aunque a veces sentimos que ya no vamos a encontrar a alguien con quien podamos enamorarnos perdidamente, si existe, si existe la persona que pueda amarte intensamente y demostrártelo como tu te lo mereces pero mientras no sueltes tu pasado no va a llegar. Así es que la mejor manera de decir adiós es recordando en tu pasado cuantas veces has pensado que aquel o aquella eran el amor de tu vida y no fue así, que solo te tomó unos meses dejarlo ir, y que ahora estas con alguien más enamorada.
Una de las formas más difíciles es decir adiós definitivamente a alguien a quien se ama muchísimo, es decir cuando muere y ya no podremos volverlo a ver. Pasamos por todas las etapas del duelo que ya conocemos, la negación, la negociación, el dolor profundo con frustración, el enojo y ya finalmente la resignación. Es imposible no pasar por esas etapas, sin embargo, piensa que ellos están aquí a tu lado, que no se han ido, lo que murió fue su cuerpo pero que ahora viven en ti, y que pueden escucharte y sentir lo que estás sintiendo. De hecho trata de honrrarlos a través de ir a lugares que a ellos les gustaban, de comer su comida favorita y piensa que ellos a través de ti están degustando y experimentando todas esas cosas que en vida les gustaban. El saber que cuando estaban vivos estaban separados de nosotros, pero ahora ya esa separación se quitó y ahora están en nosotros, resulta muy gratificante. No va a curar la ausencia y el sentimiento que la acompaña, ese dolor siempre va a estar ahí, pero por lo menos es una manera de poder seguir funcionando, y de la mejor manera, hasta que nos llegue el día en el que podamos ir a su encuentro. Espero de todo corazón que te hayan gustado estas líneas que escribo con mucho cariño para todos aquellos que estén pasando por un duelo, cualquiera que sea este, hay herramientas que nos pueden ayudar a que sea lo menos doloroso posible.
Anna Azuara