La bruja o el brujo se considera un ser de fuerza y/o sabiduría. Se conoce por tener la capacidad de hablar con los animales, sentir energías, curar enfermedades, entre otras cosas. Lo que l@ viste de un aparente compromiso inherente con la perfección. Pero, en realidad, su esencia no es tan clara y firme como podría tratarse de un supuesto ser perfecto. La bruja o el brujo, debido a la apertura de su espíritu, es inestable, como una hoja al viento; mientras su perfección pertenece a una dimensión distinta a la acostumbrada del mundo físico y cotidiano, situación que lleva al conflicto. ¿Qué bruja o brujo no se siente en la encrucijada que forman la perfección y la imperfección?
Quienes practican la brujería suelen ser enigmáticos, apasionados y tienden por lo perfecto. Su exigencia se vuelve el soporte de su tarea y eso es una de sus mejores características. Pero esto trae consigo muchas implicaciones de conexión con el entorno y el espíritu tanto positivas como negativas; por lo tanto,se debe tener precaución con ellas. La exigencia hacia ser perfecto debe ser reducida. Porque la perfección empuja a mejorar el camino, pero a su vez carcome las entrañas si el camino no se desarrolla como está planeado. El siguiente paso, entonces, será ingresar así mismo por la ventana de los ojos y enfrentarse al ser brujíl por medio de la claridad del agua o, en su defecto, de un espejo.
¿Qué ves ahí? El primer reflejo manifestante es el del cuerpo y habrá que desprenderlo de los prejuicios de la cultura. Para ello será anclado a el reflejo del espíritu que se alcanza por el desprendimiento del presente, dirigiéndose directamente hacia la muerte donde nada ya se puede hacer por las situaciones banales del mundo; para luego regresar y meditar sobre lo que se tiene aquí y ahora. La bruja o el brujo que busca un sincero reflejo del espíritu y del cuerpo debe visualizar su propia muerte donde no puede intervenir en las vidas de sus familiares, en el destino de sus propiedades o en las decisiones de su propia existencia. Debe recolectar el valor de lo que ve bajo las reglas de la muerte y transportarlo hacia el presente. Después del viaje, meditar y preguntarse: ¿ahora qué es lo verdaderamente importante? ¿cuál es el valor de lo que me rodea? ¿los patrones de perfección siguen siendo los mismos después del regreso de mi muerte? ¿me gusta lo que veo? ¿soy lo que quiero ser?
La bruja o el brujo, de lo observado en su reflejo, tiene que conservar y cultivar lo que le agrada de su persona; y lo que no, quitarlo; ya sea espiritual o corpóreo. En efecto, esto significará un reto, pero encenderá la fuerza que desarrollan los obstáculos, no hay otra manera de hacerlo. Tendrá que aceptar todo tipo de desafío y sumergirse en toda posible resolución como si fuera un hecho. Una recomendación para este trayecto es: Si es difícil habrá que hacerlo fácil; si ya es fácil, habrá que hacerlo agradable y si es agradable, habrá que hacerlo mágico. Así, nacerá el contrasentido de la perfección. En donde alejarse llevará a los practicantes de la brujería a una perfección nunca imaginada, estructurada o presenciada, pero sí intuida.
Puedes ver el video en: https://youtu.be/gHlETV7w-U8