Cuando se habla de la compatibilidad de los signos se entra en un terreno bastante complicado, ya que se debe tener en cuenta que todas las personas estamos influenciados no solo por nuestros signos regentes sino también por la luna, el ascendente, el tikun, etc., los cuales no permiten establecer reglas fijas. Sin embargo, podemos tomar como referencia algunas características de los elementos como el agua, el aire, el fuego y la tierra para observar la naturaleza de cada signo.
Por ejemplo, la tierra con el agua combinan muy bien ya que el agua toma la forma del recipiente que lo contiene y la tierra le da al agua la base que necesita para fluir libremente. En condiciones anormales (o de caos) la tierra podría absorber demasiada agua (producto de una inundación) y, por el contrario, el agua podría verse afectada por los sismos que producen los movimientos de las placas tectónicas de la tierra
El elemento aire con el signo agua combinan muy bien ya que el aire, sutilmente, dirige el curso del agua. Cuando se logran juntar de manera armoniosa se genera una sinergia muy bonita. En condiciones de caos, el aire y el agua pueden encontrar sus diferencias reflexionando y comunicándose de manera armoniosa.
En el caso del fuego y el agua es difícil lograr que se mantengan juntos y unidos, puesto que el agua, por su propia naturaleza, apaga el fuego. De manera que es muy importante controlar la cantidad de agua que se le ofrece a un signo de fuego, puesto que este elemento no se alimenta del agua. Sí resulta muy compatible con el aire, puesto que potencializa la fuerza del fuego y le permite arder en plenitud.
En condiciones naturales y normales el fuego y la tierra combinan muy bien puesto que ambos se nutren de la energía del otro y se energizan de manera controlada. Sin embargo, la tierra y el aire generan una sinergia que produce distanciamiento y aficción, puesto que en condiciones de caos la tierra corta el libre flujo del aire y su transitar se vuelve lento y complicado.
Amén de lo expuesto, es interesante rescatar que estas consideraciones son generalidades que pueden o no estar presentes en todos los casos, dependerá de las características físicas, emocionales y psíquicas de cada persona su proceder en las relaciones. Si bien es posible que haya dos opuestos, la clave es conocer, entender y aceptar las diferencias del otro signo para que se produzca la gran obra de la compatibilidad.