Siempre que vamos a comenzar a hacer algo, lo hacemos con la convicción de que lo haremos bien y que deseamos profundamente tener éxito en aquello que estamos por hacer, pero innegablemente tenemos siempre en la mente la probabilidad de que aquello que tanto anhelamos no salga como nosotros lo tenemos planeado, y ese pensamiento está latente siguiéndonos en el curso de la preparación y la ejecución de nuestros planes. Siempre empezamos planeando aquello que queremos lograr para después ejecutar lo que hemos planeado y al final poder disfrutar del resultado, que pensamos que será positivo, de aquello que empezamos a hacer. El problema es que siempre el pensamiento catastrófico está escondido detrás de nuestros pensamientos conscientes, y en cualquier etapa puede manifestarse, y hacer que nos quedemos paralizados en alguna de las etapas, y es cuando a veces nos quedamos atorados en la planificación y no podemos pasar de planificar a hacer, o cuando nos quedamos atorados en la etapa de hacer y hacer, y no nos damos permiso de disfrutar del resultado de todo lo que hemos hecho, es entonces cuando podemos ver que tenemos miedo al resultado positivo de las cosas. Independientemente de si el resultado es el que esperamos, debemos darnos la oportunidad de disfrutar intensamente el resultado de lo que hicimos, ya que pusimos todo nuestro empeño en haberlo logrado, y habemos personas que aunque hayan salido las cosas bien, sentimos que no ha sido suficiente, queremos mejorar el resultado. Lo cual no es necesariamente malo, ya que nos da la oportunidad de siempre hacer las cosas mejor, por ver las áreas de oportunidad, pero no al grado de impedirnos el valorar nuestro resultado y agradecernos y festejar nuestros logros.
Esto se puede aplicar a varias empresas en nuestra vida, como lo es el área profesional o laboral, en lo familiar, en lo práctico y hasta en las relaciones de pareja. En lo profesional y laboral se refiere a los proyectos de trabajo que aunque hayamos puesto todo nuestro empeño en lograr el objetivo nos quedamos con la zozobra de que no salieron las cosas excelentes. En las relaciones interpersonales como lo es la relación de pareja es más complicado, puesto que ahí no nada más interfiere nuestra voluntad, sino también el resultado depende directamente de ambas voluntades, sin embrago, el haber puesto nosotros todo el empeño y las ganas de sacar adelante la relación debe bastar y ser suficiente para que nos sintamos bien con el resultado. Si las dos partes piensan de esta manera entonces la probabilidad del éxito de esa pareja será alta, pero si alguno de los dos no está en sintonía entonces cabe la posibilidad de que no permanezcan juntos, sin embargo el resultado va a ser que tu pusiste todo lo que estuvo de tu parte para sacar esa relación adelante, y no quedó en ti la responsabilidad del fracaso de la relación , luego entonces tendrás éxito por haberte demostrado que tienes la capacidad de amar con responsabilidad y madurez, así es que tu no fracasaste, tu triunfaste y pronto vendrá alguien a tu vida a tu altura que pueda tomar con la misma formalidad el tema del amor.
Anna Azuara